dimarts, 13 d’octubre del 2009

Quin futur li espera al vi espanyol?


Aquest diumenge signava a La Vanguardia un reportatge d'anàlisi sobre el futur que té per endavant el vi espanyol. Per qüestions d'espai es va publicar estractat. A continuació us adjunto el text original. M'agradaria saber quina és la vostra opinió

El vino español se refugia en la exportación

RAMON FRANCÀS

BARCELONA.- La crudeza de la crisis está arrastrando a la baja tanto el consumo como los precios del vino en los principales países productores. Además, el consumo se desplaza claramente hacia los hogares y la compra, pues, a los canales de alimentación. El consumo extradoméstico no deja de bajar. Quienes mejor están capeando el temporal son los caldos buenos, bonitos y baratos, principalmente aquellos que llegan al consumidor por menos de 10 euros. Las grandes bodegas, por su parte, se centran en replegarse y en consolidar sus últimas inversiones esperando tiempos mejores. En un mercado nacional absolutamente atomizado y estancado, exportar se presenta como una de las principales bazas para el vino español pese a las graves dificultades que arroja la fortaleza del euro ante el dólar, lo que penaliza de forma muy notable las ventas en los mercados internacionales. Además, España se encuentra en una situación competitiva calificada de “difícil”, según un estudio encargado a la consultora Nielsen por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV). Durante el 2008, tras los crecimientos de los últimos años, el vino español ya perdió “algo de fuelle”. Se sostiene que España “no estuviera sabiendo aprovechar” una tendencia creciente en el consumo de vinos rosados, blancos y espumosos en los principales mercados. Las cosas no van mejor este año. Durante los cuatro primeros meses del 2009 las exportaciones de vino de Francia, España e Italia, los tres principales productores del mundo, decrecieron en valor, respectivamente, un 28%, un 23% y un 9,7%. Según datos del OEMV, los vinos españoles lideran los descensos, con una reducción del 27% en el número de litros exportados.

Sea como fuere, desde la Federación Española del Vino (FEV) no se esconde que el mercado del vino de España “atraviesa uno de sus peores momentos”. Al paulatino descenso del consumo desde hace más de tres décadas, asegura la FEV, se añade la actual inestabilidad económica, que ha provocado una fuerte caída de las ventas en todos los canales. Pese a ello, se ve con esperanza el leve repunte de las exportaciones durante el pasado mes de junio (+0,4% en valor y +5,6% en volumen) con respecto al mismo mes del 2008. Pero el semestre acumulado y el interanual aún ofrecen cifras negativas en valor (-15% y –4% respectivamente). La FEV dibuja un panorama próximo muy sombrío: “si a la precaria situación se añaden las perspectivas de actividad económica y un posible aumento de la presión fiscal, vía imposición indirecta, el escenario resultante puede ser un auténtico desastre para el sector vitivinícola español”. El presidente de la FEV, José García Carrión, no tiene dudas de que la crisis ha propiciado “un cambio de chip” en el consumidor. Opina que incluso después de la crisis será difícil vender vinos de calidad por encima de los 10 euros. El consumidor, dice, “se ha vuelto inteligente”. Los vinos de mesa de su grupo que se comercializan bajo la marca Don Simón son un claro exponente de los cambios de consumo. Mientras la venta de la mayoría de vinos cae ostensiblemente, Don Simón ha alcanzado los 150 millones de litros anuales tras crecer un 15% en el último año y medio en los mercados de exportación. García Carrión confía en las posibilidades de futuro inmediato que brinda el mercado norteamericano para el vino español siempre que se haga un esfuerzo para “darnos a conocer”, y lamenta la caída de consumo de vino en España en el canal HORECA, de la que culpa a los restauradores: “han bajado los precios de los menús hasta un 50% pero no han tocado la carta de vinos, que siguen vendiendo al mismo precio que hace dos años”.

Se asegura desde el OEMV que el nivel de protagonismo del vino español en los canales de alimentación de Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Suiza, Holanda y México se sitúa en el 6,2% del mercado de aprovisionamiento de los consumidores, con una tendencia a la estabilización en volúmenes que contrasta con un aumento en valor. El total de consumo de vino en el canal de alimentación de estos mercados, los más relevantes, se sitúa en 4.354 millones de litros. De este volumen total, España participa con una cuota que osciló en el 2008 entre el 15,1% de México y sólo un 1,1% de EUA. Hoy por hoy, el mercado del vino en la alimentación de Estados Unidos supone un total de 1.092 millones de litros. Respecto a su precio medio, mientras los vinos franceses, incluyendo el champán, se pagaron en el 2008 en EUA a una media de 9,96 euros, los españoles se quedaron en 6,73 euros, siendo el más caro del resto de países competidores. El presidente de Bodegas Torres, Miguel A. Torres, entiende que “Estados Unidos es un gigante dormido” que ofrece grandes posibilidades de futuro inmediato al vino español. De hecho, EUA, según todos los indicadores, se convertirá en el plazo de dos a tres años en el primer consumidor mundial de vino. Desde el OEMV se considera que el potencial de venta en Estados Unidos es aún muy amplio, especialmente en un sector como el del público joven. En el plazo de una década, Torres cree que las oportunidades de crecimiento llegarán con los incrementos de compra de alguna de las economías más emergentes, principalmente India, China, Brasil y Rusia. 

Incipiente enoturismo

El presidente de Torres pronostica durante los próximos años la continuidad del “enfrentamiento” entre la Vieja Europa y los nuevos países productores. Opina que España, gracias a la diversidad que le ofrecen sus 63 denominaciones de origen y a la fortaleza de sus grandes marcas, se encuentra en una posición más competitiva que Francia. Las DO españolas, con un bagaje paisajístico, histórico y cultural que no puede exhibir el Nuevo Mundo productor, permiten “dar a entender mejor nuestros vinos en el mundo”. Torres considera, sin embargo, que el enoturismo en España está aún en un estadio muy incipiente. El presidente de la Asociación de Ciudades del Vino (ACEVIN), José Fernando Sánchez Bódalo, entiende que el enoturismo está en auge y que “esto es algo favorable tanto para el sector turístico como para el sector vitivinícola”. El turismo del vino, según Sánchez Bódalo, “ha empezado a adquirir un gran peso específico entre de la oferta turística de España”. Añade que “nuestro país puede posicionarse como uno de los principales destinos enoturísticos del mundo” dado el recorrido que ofrecen atractivos complementarios como la gastronomía, el patrimonio y la naturaleza. 

Para Josep Lluís Bonet, presidente de Freixenet, líder de los vinos espumosos y novena empresa mundial del sector del vino, el futuro pasa claramente por la “internacionalización” del vino español de calidad siguiendo el ejemplo del cava y, particularmente, de Freixenet. Bonet entiende que el vino español tiene una veintena de grandes marcas y una excelente relación calidad-precio para “abordar y ganar la batalla mundial”. Para ello se debe realizar “un gran esfuerzo de promoción y comunicación”. El presidente de la asociación Grandes Pagos de España y de Pagos de Familia Marqués de Griñón, Carlos Falcó, asegura que el mercado mundial está “muy agitado”. Añade que las ventas de los vinos premium, los que llegan al consumidor por encima de los 10 euros, están “sufriendo mucho”. Como Torres, Falcó opina que el enoturismo favorece “clarísimamente” las estrategias promocionales pero que en España, con las excepciones de la bodega de La Concha de Jerez (González Byass) o del Celler Gran de Sant Sadurní d’Anoia (Codorníu), “aún tiene muchísimo camino por recorrer”.

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