dimarts, 16 de març del 2010

Un gran vi del Penedès



Aquest dissabte publicava a La Vanguardia una recontra a Economia que mostra les dificultats que passen els elaboradors d'un dels vins més emblemàtics del Penedès. Quina opinió us mereix?


La bodega Alemany i Corrió exporta el 50% de su limitada producción

Vino icono en el garaje


RAMON FRANCÀS

Vilafranca del Penedès


Tras una amplia experiencia elaborando vino en la Borgoña y tras un fugaz paso por California, el joven matrimonio formado por el bioquímico y enólogo de la Bretaña francesa Laurent Corrió y por la también enóloga vilafranquesa Irene Alemany decidió, incitados por el padre de Irene, establecerse en el Penedès. Transformaron un antiguo almacén de frutas de Vilafranca del Penedès en una improvisada bodega climatizada para convertirse en el primer 'vino de garaje' del Penedès de prestigio. La bodega Alemany i Corrió ha conseguido en muy poco tiempo ser punta de lanza de los nuevos y jóvenes proyectos que creen ciegamente en las posibilidades de un Penedès que no deja de empeñarse en recuperar el prestigio perdido. Lanzaron su primer vino en 1999 bajo la etiqueta Sot Lefriec. Se convirtió rápidamente en un tinto icono de culto del que ya exportan el 50% de la producción. Sumaron las variedades cabernet sauvignon, merlot y cariñena plantadas en viñas de Lavern, en el municipio de Subirats, para elaborar un hedonista caldo en el que expresar la fruta de la uva con el máximo respeto y con elegancia se ha convertido en su principal carta de presentación, junto con un destacado carácter mediterráneo y mineral. Buscan la concentración en sus vinos sin caer en los excesos. Su producción sólo ha alcanzado las 10.000 botellas y es que “no queremos renunciar nunca a la calidad”, como asegura Laurent Corrió. A su Sot Lefriec sumaron un segundo tinto, el Pas Curtei, y el año pasado, en una iniciativa con más socios, sorprendieron a propios y a extraños con un primer vino blanco obtenido de una impactante viña del macizo calcáreo del Garraf, plantada en un anfiteatro de encaración norte. El blanco, una escasa joya bautizada con el nombre de Plou i fa sol y del que sólo elaboraron 500 botellas en su primera añada, combina las variedades autóctonas xarel·lo y malvasia de Sitges y sólo se comercializó en restaurantes como El Bulli, El Celler de Can Roca, Monvínic y Comerç 24.

El distribuidor en exclusiva de Sot Lefriec en España, Quim Vila, destaca la “ilusión” que reside tras “el proyecto bourguiñón de una pareja que se enamoró estudiando en la Borgoña y que ha desarrollado en el Penedès unos vinos donde lo menos importante es el tamaño o la belleza de la bodega y donde lo verdaderamente destacable es obtener la máxima expresión de los viñedos”. Pese al prestigio cosechado, a su entusiasmo y a estar presentes en las mejores cartas de vinos, Laurent y Irene no pueden vivir, una década después de comercializar su primer vino, de su proyecto vitivinícola. Ambos se ven obligados a trabajar por cuenta ajena para llegar a final de mes. Además, los desencuentros con el Ayuntamiento de Subirats les han privado hasta ahora de poder impulsar su proyectada nueva bodega junto a sus 8 hectáreas de viñedos. Incluso el paso del AVE les afectó parcialmente y se vieron obligados a arrancar un centenar de vides. Reconocen que la crisis económica les ha afectado especialmente dadas las dificultades de comercialización que atraviesan actualmente los vinos cuyos precios llegan al consumidor por encima de los 50 euros.




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